No podemos vivir sin amor. Y el amor puede venir de muchas formas. De un hermano que te tiende la mano cuando te caes, de un animal que te hace compañía, de una amiga que te llama para preguntarte que tal te ha ido el día, o de un amante que te escucha en tus peores momentos. Pero llega un momento en el que hay que parar de amar, porque todo en grandes cantidades es malo, y cuando le dedicamos a alguien nuestros pensamientos, nuestras acciones y recuerdos, y estos no son recíprocos, debemos plantearnos que es lo que debemos hacer, si seguir en ese camino, o coger una nueva vía, pero no una vía de escape, sino de desarrollo personal, aunque debamos dejar personas atrás, pero dejando una puerta abierta al pasado mas feliz.
A todos nos llega el momento en que dejamos de amar a alguien, pero sus recuerdos permanecen, recuerdos de felicidad, de tensión, de tristeza, de promesas, de despedida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario