martes, 30 de noviembre de 2010

Ausencia de calor

Tempanos en los tejados, narices rojas, fuentes congeladas y calderas contaminando. Es el frío. La sensacion que tenemos cuando nuestro calientes cuerpos mediterraneos al salir a la calle en estos días de bajas temperaturas y sensacion ártica. Hay formas de combatirlo, y todas ellas placenteras, desde un vaso de café caliente pasando por una sopa de verduras, de estar tapado con una manta a ponerse una buena bufanda mientras das un paseo con el perro, comerse unas castañas asadas, o cambiar las cervezas y refrescos por un chocolate caliente.
Y aunque sigo diciendo que se vive mejor en esta época del año, siempre me acuerdo de aquellos que tienen que enfrentarse con el frío cara a cara, y que hace que sus vidas se compliquen aun mas o que dificulten su trabajo. Pero bueno, todo tiene su lado bueno y su lado malo, donde se mezclan la ilusión de un niño viendo nevar con la añoranza de un anciano al recordar aquellos días de juego en la nieve en su pueblo natal con aquellos amigos que ya no están con él. Y es en estos días cuando recuerdo una hoguera encendida, unas patatas asándose, un pan tostándose, todos reunidos en la cocina oyendo llover en el exterior y hablando sobre como seria la Nochebuena de ese año.
Eso es lo malo que tiene el frío, que trae consigo la Navidad y recuerdos que nos entristecen, pero la Navidad es caprichosa, y a la vez que te sumerge en las tinieblas, hace que dentro de ti resurga aquel niño que miraba embelesado las calles iluminadas, que comía turrón y mazapanes sin parar, y que se levantaba temprano todos los 25 de diciembre para ver como el vaso de leche y las galletas habían desaparecido. Si, el frío trae consigo cosas buenas y cosas malas, pero, como todo en este mundo, tiene que existir, y ahora es tiempo de frío, nieve y viento, y por mi, bienvenido sea.

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