El miedo es verdaderamente maravilloso (Parte I)

Ocho de la mañana. Después de haber dormido unas 3 horas Mapi y yo desayunamos en el Lizarran de la estación. Cogemos el AVE que nos llevara hasta Camp de Tarragona y de allí un taxi hasta el año 1800. Hacemos el "check in" en el hotel mejor tematizado de PortAventura y de Europa, y a las once ya estamos en el parque con un calor horrible camino al acelerador mas rápido de Europa y único en el mundo: Furius Baco. 40 minutos de cola, siento a Mapi en el "mejor" asiento, el vídeo del preshow no funciona, y salimos despedidos a 135km/h en menos de 3 segundos. Mapi tiene lagrimas en los ojos. Vamos  camino a Grand Canyon Rapids, operadora dictando ordenes, nadie le hace caso, desesperada intenta hablar en ingles pero no termina la frase y risas. Salgo empapado. Gran tematizacion la de este año, muchas calabazas. Nos encontramos con dos caballos y unos jinetes calavera. Entramos a la tienda navideña de Chilli Willy. Nos encontramos con Triki, Elmo y Coco. Foto y vídeo, y para Stampida. Salimos y nos dirigimos a la Mina del Diablo. Utilizamos el "express", nos ahorramos una hora de cola. Pasaje acertado, sobre todo el invernadero. Dos buenos susto entre plantas trepadoras y el la casa del herrero. A la salida nos obligan a montar en el Tren de la Mina, nosotros encantados. Comemos en la Cantina, pero solo vemos el final de La Muerte Viva. Para reposar vamos al Templo del Fuego, y como siempre impresionante y con dos buenos actores. Caminando al Dragon Khan decidimos ir antes a ver Mystery. Un buen show con buenos actores, efectos especiales y acróbatas pero sin guión. Lo mejor la cantante que si no me equivoco es Patricia. Montamos en el Dragon Khan y diviso las obras de Barrio Sesamo, Mapi no quiere mirar el looping. Bajamos (Mapi "con el eje derecho torcido") y vamos hacia el Tutuki Splash (dejamos Aves del Paraíso para el lunes) donde nos empapamos ambos y decidimos secarnos en el Furius Baco. Damos una vuelta por el lejano Oeste, una mujer lleva a 5 Bob Esponja, y volvemos a Stampida. Nos dirigimos a la Selva del Miedo. Son las siete y media de la tarde y ya llegan las colas hasta la Vinosfera.